Sábado 17 de mayo, 7:30 pm.
Valencia Caficultura ubicada en Plaza Amberes en Torreón Coahuila.
Entrada libre.
Gibran Mancisidor, 39 años de edad.
Formado en el Instituto Cabañas del 2010 al 2014 , múltiples expos en varias partes del país , pintor y escultor con 15 años de experiencia, especialista en acuarela y carboncillo, venta de arte en gran parte del país, Estados Unidos y algunos lugares de Europa .
Un estilo vibrante moderno colorido y muy versátil.
Sobre su obra:
El uroboro, la serpiente que se devora a sí misma, captura el perpetuo movimiento de la existencia: cada final es un inicio, y el cambio y la cotidianidad son dos caras de la misma moneda. La vida y la muerte están interconectadas en un ciclo continuo, uniendo lo material y lo espiritual en un eterno retorno.
Para que algo nuevo surja, lo antiguo debe morir. Los ciclos de la naturaleza, como el paso de las estaciones, muestran cómo la muerte del invierno prepara el terreno para el renacimiento de la primavera. No solo los acontecimientos se repiten; también lo hacen los pensamientos, sentimientos e ideas, una y otra vez, en una repetición infinita e incansable.
El ciclo del agua y el uroboro simbolizan la unidad de todas las cosas, que nunca desaparecen, solo cambian de forma en un ciclo perpetuo de destrucción y creación. Las plantas también nos recuerdan esta realidad: la semilla nace, crece con agua, florece y, al final, regresa a la tierra para comenzar de nuevo; "Se mata y se da la vida, se fecunda y se da a luz"
"arderás y te consumirás; sanarás y volverás"
Fyodor Dostoyevski
Los ciclos de la vida nos enseñan a abrazar tanto los finales como los inicios con serenidad. Vivir en armonía con estos ciclos es aceptar la naturaleza impermanente de todas las cosas y encontrar paz en el cambio constante. Como reflexión final, cabe preguntarse: "Si tuviera que vivir esta vida una y otra vez, ¿cómo lo haría?".
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