Después de pasar por varias etapas difíciles en su vida, desde una caía por las escaleras, recaídas, perdida de la movilidad y habla, miedo a la alberca y convulsiones en competencias, la nadadora Nely Miranda ha superado cada uno de los obstáculos convirtiéndola en medallista paralímpica en Beijing 2008, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, y una leyenda de la paranatación que se prepara hoy rumbo a París 2024.
Claudia
Ruiz - atletasmx.com
Una
historia ejemplar de vida, que comparte a través de su conferencia motivacional
“El rival más fuerte a vencer, eres tu”, tal y como fue su participación en el
espacio MTalks, de Mazda, donde mostró su calidad como speaker y conferencista,
una faceta que disfruta compartir con estudiantes, empresas, instituciones
públicas o privadas, donde arranca sonrisas, lágrimas, suspiros y aplausos, ya
sea de manera presencial o virtual.
Nely
Miranda recordó que a los 28 años de edad, sufrió un accidente laboral, tras
caer de las escaleras lo que le provocó una cuadriplejia, ahí, fue cuando su
vida dio un giro de 360 grados. Con ayuda de su familia salió adelante para
ponerse cada vez metas nuevas, tanto personales como deportivas.
“El 99 por
ciento depende de nosotros como nos desarrollamos y como queramos que sea
nuestra vida y el un por ciento son circunstancias que van a pasar y no puedes
cambiar, simplemente tienes que saber trabajar con ello”, mencionó.
Miranda
logró la clasificación a los Juegos Paralímpicos de Beijing, donde obtuvo dos
medallas de oro, sin embargo, esas preseas no las considera las más importantes
de su vida, por que vivió varios sinsabores.
“Era la
novata que iba sus primeros juegos y que probablemente no iba a traer ninguna
medalla. Iba contra todos los pronósticos del mismo entrenador y compañeros y
dije el rival más fuerte en la vida tiene que ser uno mismo, no hay que
demostrarle a los demás las capacidades que uno tiene”, agregó la veracruzana,
quien es asistida por Daniela Tello y entrenada por José Peláez.
Luego
llegó a su segunda justa veraniega en Río, donde en la prueba de 50 metros
dorso, la sacan convulsionada y al parecer ya no tenía oportunidad para seguir
compitiendo, pero quería estar en su prueba (50 libres) y demostrar que había
trabajado fuerte, lo que al final hizo con un metal de bronce.
“La cuarta oportunidad de vida la vivó en Tokio, así como todos vivimos un momento muy difícil como fue la pandemia, yo la viví desde el 2017, en el mundial en México, nuevamente en la primera competencia me sacan convulsionada. Me operan en el 2018, se dieron cuenta que mi lesión estaba en la tres y en la cuarta vértebra, pero se estaban deteriorando la cinco, seis y siete y estaba perdiendo otra vez la movilidad de mis brazos y eso me llevaba a no regresar a la natación”, indicó la también madre de familia.
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